El siglo xviii: La población
aguilarana
Los límites demográficos del
crecimiento heredado
Fig. 294: La comparación del vecindario de 1709 con el de 1787 muestra un
estancamiento demográfico. Esta se debería a la base principalmente agropecuaria de la economía turolense, a unas
actividades económicas que crecieron sin incrementos de
productividad y que por lo tanto
estaban llegando a su techo productivo. Este bloqueo debía compensarse con la
actividad artesanal, pero ya vimos de la notable modestia del sector artesanal
en Aguilar. Por tanto, la población aguilarana se mantuvo a
lo largo de todo el siglo xviii en
una magnitud semejante a la heredada del tramo final de época foral, lo que
significó —por lo que sabemos— no alcanzar en cifras absolutas los máximos de
población del siglo xiv. De esta
forma se estarían revelando los límites demográficos de la capacidad productiva
aguilarana dentro de los términos de estructura de la propiedad y
periferización de la economía del siglo xviii.
Tabla demográfica
La movilidad de la población:
migración y microinmigración
Fig. 295: La
movilidad de la población era un factor relevante en poblaciones que alcanzaban
su techo material y social de producción y reproducción. En una localidad como
Aguilar en la cual durante todo el siglo xviii
se estuvo en el umbral de dichos límites, la expulsión de población debió de
ser relevante. No tenemos ejemplos en esta centuria de emigración fuera de las
fronteras del reino, aunque debió seguir siendo apreciable. Sin embargo,
disponemos de abundantes ejemplos de movilidad de población entre las
localidades del entorno y, en general, del sur de Aragón. Fue el caso de Ylario
Campos, que vivió dos años en Camarillas (en la imagen), aunque cada quince
días se trasladaba a Aguilar ya que solo distaba ‘una hora de camino’.
Casa Tradicional en Camarillas
Fig. 296: Este vivo trasiego de población entre localidades estaba frecuentemente asociado a la pequeña propiedad o a lo no propiedad, y era especialmente típica de ocupaciones como nuncios, jornaleros y artesanos. Sin embargo, también se daba en casos con una relación con la propiedad era mucho más sólida, como el clero. Un ejemplo fue el de los cuatro clérigos de la familia Martín, de los cuales ninguno desempeñó su ministerio en Aguilar, estableciendose dos de ellos en Mirambel, Bordón, Camarillas y Allepuz. Entre el grupo de población forana que terminó asentándose en Aguilar destaca el de mujeres del estrato alto de la sociedad que emparentaban con labradores aguilaranos, como el dcaso e Anna Gerónima Pérez, de Jorcas (en la imagen).
Iglesia de Jorcas