El siglo xviii: La iglesia
aguilarana
Fig. 301: En líneas generales la igelsia de
Aguilar debió de contar con una buena situación económica, puesto que su
párroco era el decimoquinto mejor retribuido de los 712 clérigos seculares del
obispado, y dado el despliegue de un magnífico programa arquitectónico que
llevó a la erección del monumental templo actual, y a la construcción de la
ermita de santa Celestina sobre el solar de la antigua parroquia y de la ermita
del Santo Cristo.
Todo ello debió ser resultado de la acumulación de renta
censal desde el anterior siglo y del aumento del diezmo originado por el
crecimiento demográfico arrastrado también desde el siglo xvii. Las donaciones de las familias
acaudaladas también debieron ser considerables, lo que sería un síntoma más de
la progresiva polarización de la riqueza entorno a las mismas. En la
fotografía, cultivos en Traseras; una heredad de esta partida fue donada para dotar
a la capellanía del Santo Cristo.
Cultivos detras de las Eras
Arquitectura monumental de la época: la iglesia parroquial de San Pedro
Apóstol
Figs. 302, 303, 304, 305, 306, 307, 308, 309, 310, 311, 312 y 313: En la arquitectura de Aguilar destaca por encima de cualquier otro
monumento la iglesia de San Pedro Apóstol, un templo barroco con torre-campanario
de dos cuerpos, y plano de tres naves subdivididas en tres tramos y capilla
mayor poligonal. Las naves se cubren con bóveda de medio cañón con lunetos. La
puerta de ingreso, sobre la que consta la fecha de 1770, es un arco de medio punto
realizado con impresionantes dovelas, enmarcada en un arco triunfal. La iglesia
es el hito arquitectónico más importante del casco urbano por su dominancia
visual y algunos de sus elementos proceden de la anterior iglesia. En las
imágenes alzados de la iglesia, vista del interior desde la cabecera, los pies
y el coro del templo, detalles de la nave central, bóveda de la antigua
sacristía rectoral y campana mayor.