14 La época foral Las actividades económicas. La ganadería

La época foral: Las actividades económicas, los recursos naturales y el paisaje. La ganadería
Los primeros tiempos y la expansión de la trashumania en la sierra turolense
Fig. 137: Rebaño de ovejas entrando en Aguilar por el barrio Alto. Como el resto de la tierra alta turolense, Aguilar cuenta con factores naturales óptimos para el desarrollo de la ganadería —condicionamientos orográficos y naturales, y escasa población—. La integración de Valencia en la Corona de Aragón permitió aprovechar la complementariedad de dos dominios físicos y climáticos, la montaña y la costa, para desarrollar una potente ganadería trashumante, especialmente la de ovejas.
 Rebaño de ovejas por el camino de la Solana
La normativa ganadera y la dotación material
Figs. 138, 139 y 140: La zona de la sierra y las Cuerdas eran los montes blancos de Aguilar, cuyo disfrute era universal, gratuito y abierto a todos los vecinos de las aldeas de la Comunidad (en la fotografía 138 pastizales en Caña Seca). Las dehesas y prados del concejo en la hoya eran los espacios ganaderos comunales de Aguilar restringidos a sus vecinos (en la fotografía 139 prado concejo, aunque antiguamente debió ser mucho más extenso). A partir de aquí el concejo acotó propios en los suelos con mejores pastos: dehesas, boalares o quartos para arrendar sus hierbas a ganados particulares con el objetivo de ingresar dinero (en la fotografía 140 área de la antigua dehesa de los Collados).

 Pastizales en Caña Seca
 Prados cercanos al Molino Nuevo
 Antigua dehesa del Collado, convertida en campos de labor
Figs. 141, 142 y 143: La compatibilización de la agricultura y de la ganadería, su control, se daba tanto en cultivos de secano tras la siega (fig. 141) —la derrota de mieses y el rastrojeo eran obligatorios, no pudiéndose empezar éste antes de que los haces estuvieran atraznalados—, como de regadío —control de ricios en cerradas en las que los campesinos criaban corderos jóvenes (fig. 142)— y barbechos —se vedaba el ingreso de ganados en barbechos hasta tres días después de una precipitación para favorecer la regeneración del suelo (fig. 143)—.
 Pastoreo tras la siega
 Cordero pastando en un cerrado
 Ganado en un barbecho

Figs. 144 y 145: Parideras en la Cartuja y en las Cuerdas. La infraestructura ganadera, caminos, corrales, fuentes, parideras, etc., también era comunal y su gestión y mantenimiento dependía igualmente del concejo y de la Comunidad, aunque se complementaba con una red de parideras particulares. Para paliar los efectos meteorológicos más extremos, “grandes nieves y frío en invierno, y granizos y torbellinos en verano”, se creó una red de majadas, sesteros y abrevaderos.
 Corral en la Cartuja
 Corral debajo de Las Cuerdas
Aguilar y la trashumancia entre los siglos xiv y xv
Fig. 146: Camino hacia Cedrillas. La ruta trashumante que conocemos por fuentes bibliográficas, y que sería empleada por los ganaderos de Aguilar, aprovechaba el curso del Mijares por Cedrillas y El Castellar, saliendo del reino de Aragón por Barracas. Los lugares de destino serían localidades como Castelló, Borriol, Alcora, Lucena, Onda, Almassora, Nules, Llíria y Vila-real.

 Camino  hacia la localidad de Cedrillas
La ganadería trashumante aguilarana durante los siglos xvi y xvii
Fig. 147: La trashumancia vivió a finales del siglo xv una serie de desarreglos que implicaron una paulatina adaptación a nuevas condiciones socioeconómicas que se verificaron en los dos siglos siguientes. Los ganados trashumantes de Aguilar no debieron escapar a esta situación, aunque en cualquier caso las prácticas ganaderas se mantuvieron en Aguilar con un nivel aceptable, como demuestran los diezmos de corderos, la adquisición de la impronta ganadera del casco urbano de Aguilar, la irrigación de prados con la traída de aguas del Molinar (en la fotografía) y la erección de la fuente-abrevadero del Bacio.

 Prado del río
La dotación material y la propiedad ganadera aguilarana en época foral
El término pecuario: localización, usos y propiedad
Fig. 148: Preparación cartográfica sobre las zonas ganaderas y agrícolas documentadas en Aguilar en época foral: de verde topónimos relacionados en época foral con actividades ganaderas, de naranja con agrícolas y de azul con ambas. Imagen satélite tomada de Google Earth.

 Imagen satélite del termino de Aguilar

Fig. 149: El término ganadero de Aguilar durante la época foral debió ser mucho más extenso que el actual. La existencia de fincas agrícolas en partidas lejanas de la Sierra o en los Collados en el siglo xviii (y cuya existencia se remontaría al siglo xvii) se debería a la imposibilidad de roturar espacios ganaderos ubicados en la hoya y hoy en día cultivados. Un ejemplo era la gran dehesa fluvial del Alfambra (en la fotografía), que debió ser más ancha que la actual y que era un eje que conectaba otras partidas ganaderas de la hoya.

 Dehesa en el río Alfambra

Fig. 150: El término ganadero, a excepción de los prados de dallo particulares y de los pastizales de las masadas del Cerrado Galindo, era de propiedad concejil. El origen de muchos de los prados de dallo particulares debió estar en enajenaciones de bienes del concejo, puesto que todos los que conocemos se ubican próximos a zonas de dehesas comunales —Carracamarillas a las dehesas Alta y Baja, el Ruidero y el Moral al Prado Concejo, Pradolenar (en la fotografía) a la dehesa de la riera, Prado la Cerrada a la Muela, etc.—. Igualmente, estos prados aparecen generalmente en manos de familias acomodadas.

 Prado Lenar
Figs. 151, 152, y 153: Las dehesas de propios del concejo fueron las del Enebral (fotografía 151), los Collados (fotografía 152) y los Barrancos (fotografía 153), y debieron constituirse como quarto de hierba entre los siglos xvi y xvii, momento en el que la Comunidad trató de frenar el movimiento adehesador en los montes blancos propiciado por concejos urgidos por sus necesidades económicas. Estos espacios estaban muy alejados del pueblo y colindaban con montes blancos.
 Rebaño en el Enebral
 Corral en el Collado
 Los Barrancos,al fondo Caña Seca

Figs. 154, 155, y 156: Ciertas dehesas y prados comunales de Aguilar debieron tener su origen en la repoblación. En este apartado deberían incluirse los Prados Concejo (fotografía 154), la Dehesa Baja (fotografía 155) y la Dehesa Alta (alrededores de la zona en la fotografía 156). Entendemos que su origen es el que indicamos dada la toponimia ganadera específica, a diferencia de las dehesas de propios —que se corresponde con el nombre anterior de una partida distinguida por un aspecto físico relevante: Enebral, Collado y Barrancos —, y a su proximidad entre sí y al núcleo urbano.Como vimos, esto no sucedía con los propios, que aunque próximos entre sí, se encontraban muy alejados del pueblo, como si se hubieran diseñado allí por estar el resto del espacio de la hoya de Aguilar ocupado, además de por tener buenos pastos.

 Prado del Concejo
 Dehesa Baja
 Dehesa Alta
Fig. 157: Otras dehesas públicas y comunales fueron las destinadas al abasto de la carnicería, entre la zona de Fuenduriente y la Muela (en la fotografía), y la dehesa fluvial del Alfambra concedida por Jaime II a Aguilar, en relación con el proceso adehesador surgido en la Comunidad de aldeas al calor del auge del estremo.

 La Muela
Los ganados y su propiedad
Fig. 158: Exceptuando el ganado ovino que servía en exclusiva para el abasto de la carnicería del concejo, toda la producción se volcaba al mercado en el caso de los medianos y grandes ganaderos, quienes por las dimensiones de su cabaña eran los principales beneficiados del reparto de las hierbas de los propios del concejo. Los pequeños campesinos empleaban prioritariamente sus pequeños hatos de ganado para el autoconsumo.
 Rebaño pastando en los prados cercanos al Molino Nuevo

Fig. 159: Partida de Carracamarillas, que en la documentación antigua queda reflejada como una zona de prados particulares. Otros bienes propios de los patrimonios ganaderos eran las majadas, las parideras y los prados de dallo, como los que se localizaban en Carracamarillas
Garracamarillas
(Inigo Fernández, I. A.; Paricio Hernando,J.L).. Con la tecnología de Blogger.